Travesía de treinta días en bicicleta

“No hay dos fuegos iguales”

nos aconseja Galeano.

Paramos a leerlo

a mitad de la carretera.

Llevamos sólo libros,

instrumentos musicales,

una olla,

una carpa,

lentejas, arroz, aceite

y claro, las bicicletas.

(-No necesitamos nada más.

Somos libres, negrita.

Métase pues al potrero por debajo de las púas

y yo le paso las bicicletas por encima.

Armemos aquí la carpa que no pasa nada.

Voy a buscar agua, usted haga el fuego. La tierrita y el viento están aquí también.

Esto es más que anarquía, mi negra. 

¿Quién contra nosotros si ya tenemos los cuatro elementos?

... se está anocheciendo, ya regreso.)

Me quedo en silencio, suspiro, observo...

El atardecer se pinta

del reflejo de laguna

en las cimas lejanas...

Recojo leña, enciendo el fuego

y

tiene mucha razón el indio,

no nos falta nada,

libertad es movimiento.